Un accidentado proceso penal no hizo claudicar la búsqueda de justicia de los Fiscales de la Unidad de Vida de la oficina de San Vicente, que lograron que cuatro miembros de uno de los grupos terroristas purguen una pena de 40 años de prisión cada uno, por haber vapuleado, mutilado y enterrado a Vilma Esperanza Iraheta, de 60 años.
La víctima fue asesinada con lujo de barbarie por un grupo de por los menos 10 terroristas, el 22 de noviembre de 2016, en el caserío San Lázaro, del cantón San Pedro, en el municipio de Apastepeque, del departamento de San Vicente.
Con base a las pruebas presentadas en el juicio por la FGR, el Juzgado de Sentencia condenó por el delito de Homicidio Agravado, en calidad de coautores, a Víctor Antonio Ramírez Barahona, César Antonio Barahona Amaya, José Ambrosio Lemus Ayala y Wilson Adán Ramírez Rivas. Cinco pandilleros más son prófugos de la justicia.
La sexagenaria fue atacada en su casa de habitación donde fue golpeada en las primeras horas de la noche. En el patio de la vivienda encontraron restos de placa dentales y manchas de sangre.
Posteriormente, de acuerdo a la prueba testimonial, en forma inconsciente, Vilma Esperanza, fue trasladada por el grupo de delincuentes hasta el lugar conocido como Altos Rivera, próximo a una poza, allí fue mutilada y enterrada. Además, presentaba múltiples lesiones de arma blanca en el rostro y en el tórax.
Su cadáver fue exhumado al siguiente día de los hechos, el 23 de noviembre de 2016.De acuerdo a las hipótesis, la fémina, fue asesinada por recibir a los policías en su casa y darles café. Los mareros la consideraban una informante.
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