La economía salvadoreña ha comenzado a percibir los síntomas del coronavirus en todos los niveles: desde William y Oscar, que tendrán que esperar hasta junio para cambiar cambiar su teléfono celular y recibir las compras que hicieron por internet; hasta las grandes empresas que esperan a que sus materias primas y productos terminados lleguen a tiempo o de lo contrario deberán buscar otro proveedor.
Aunque muchas de las compañías aún tienen productos en reserva, saben que si la epidemia se sigue propagando será cuestión de meses para que el país reciba el impacto económico de este virus.
“Por ahora no es algo para alarmarse. Todavía hay bastante stock, pero hay que tomar las medidas del caso”, señaló Silvia Cuéllar, directora ejecutiva de la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport).
“El impacto no se percibe directamente ahora, pero si esto sigue lo vamos a ver en restricciones de todo tipo”, señaló por su parte Luis Cardenal, presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP).
Ser un país altamente dependiente de las importaciones de Estados Unidos y China vuelve a El Salvador mucho más vulnerable ante este tipo de sucesos mundiales.
Solo en 2019 el país importó $1,723 millones de China, el segundo país al que más le compra a nivel mundial, después de Estados Unidos.
Además, como la propagación del virus está afectando al mercado bursátil botando el precio del petróleo y dañando las inversiones a nivel mundial, El Salvador no escapará a los efectos negativos de esta epidemia, que ya vaticina una recesión económica mundial.
Por ahora la ANEP está consultando a todos sus agremiados sobre problemas de suministros y esperan tener algunos datos en los próximos días, pero hace hincapié en que si este virus se mantiene ralentizará los proyectos de inversión e innovación de muchas empresas.
El presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), Eduardo Cáder, dijo estar enterado de algunas dificultades de parte de proveedores de China para transportar sus productos debido a las cuarentenas que se han establecido en ese país. “Hay lugares en los que los proveedores no consiguen transporte para llevar su producto a puerto”, señaló.
Contó que hay una empresa de la industria que espera una maquinaria desde hace un mes y aún no ha llegado porque está retenida en un puerto chino.
El empresario dijo que todas estas medidas ralentizarán los proyectos de inversión e innovación que tenían muchas empresas salvadoreñas.
“La cuestión tiende a complicarse. No va a hacer sencillo. Las repercusiones van a ser fuertes y quizá más que en términos de salud, su impacto será en lo económico”, señaló Cáder.
El titular de la Dirección General de Aduanas, Gustavo Villatoro, confirmó que hasta ahora no hay impedimento de entregas de mercadería desde ningún otro país. “De hecho nuestros volúmenes de importacion de China se mantienen normales. Solo hemos bajado como en medio millón en febrero con respecto al año anterior”, señaló.
Afirmó, sin embargo, que uno de los rubros que sí puede verse afectado en estos momentos es el de envío de paquetes postales.
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